¿Qué es el vaginismo? Síntomas, causas y tratamiento

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Publicado por Francisco Hidalgo Díaz.
¿Qué es el vaginismo? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cuáles son sus causas? ¿Existe tratamiento para el vaginismo? ¿Cuáles son los tratamientos que existen? ¿Cómo saber si tengo vaginismo? Te lo aclaramos todo.
¿Qué es el vaginismo? Síntomas, causas y tratamiento

¿Qué es el vaginismo?

El vaginismo es un trastorno sexual femenino que se caracteriza por un espasmo muscular involuntario de la vagina, que dificulta o impide la penetración sexual. Esto puede causar dolor y sensación de ardor durante el acto sexual, y puede afectar negativamente la vida sexual y la relación de pareja.

El vaginismo puede tener múltiples causas, que pueden incluir experiencias traumáticas previas, problemas en la relación de pareja, creencias culturales o religiosas, falta de información o educación sexual adecuada, y problemas físicos.

Síntomas de vaginismo

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Los síntomas del vaginismo se pueden experimentar de forma diferente, dependiendo de la mujer. Hay algunos que son bastante comunes en la mayoría de mujeres y que te ayudarán a identificar si puedes estar sufriendo de vaginismo o vaginismo regresivo. Es importante hablar con un profesional de la sexología si se experimentan estos síntomas.

  • Dolor o sensación de ardor durante la penetración sexual: aunque este síntoma puede deberse a otros factores, sentir dolor que causa problemas al penetrar puede ser un signo de vaginismo. El nivel de dolor será diferente en cada mujer, pero, en cualquier caso, el resultado final es probable que sea la imposibilidad de penetración durante la relación sexual.
  • Sensaciones incómodas de tensión o de que algo obstruye la vagina: otro problema que puede surgir durante la penetración, además del dolor, es sentir ardores o picores, que se derivan del roce. Esto suele estar provocado por la falta de excitación a causa del malestar. Todo ello conlleva una disminución de la lubricación y, por lo tanto, un mayor roce en la zona vaginal.
  • Espasmo muscular involuntario de la vagina que imposibilita la penetración: como hemos comentado, a causa del dolor y de otras sensaciones, puede llegar a darse la situación de que sea imposible llevar a cabo la penetración, bien sea del pene o bien sea de dedos o juguetes sexuales. Puede llegar a extenderse a tampones o a objetos que se utilizan en la exploración ginecológica.
  • Evitación del contacto sexual o de actividades que puedan causar dolor: rechazo a tener relaciones sexuales a causa de todos los dolores y molestias anteriores, muchas mujeres con vaginismo acaban desarrollando un rechazo a tener relaciones sexuales o a tener aquellas que incluyan la penetración.
  • Dificultad para usar tampones.
  • Dificultad para realizar exámenes ginecológicos.

Causas del vaginismo

Las causas del vaginismo pueden ser múltiples y variadas. Cada mujer es diferente y los motivos que la llevan a tener vaginismo pueden ser diversos en cada caso. Sin embargo, la mayoría comparte el miedo a la penetración y el dolor o la molestia durante la penetración. Este sentimiento de miedo puede empeorar la situación, ya que aumenta la contracción de los músculos pélvicos, como reacción natural al miedo, y hace que la penetración sea todavía más complicada

Las causas del vaginismo se pueden agrupar en dos categorías, las que tienen origen físico y las que tienen origen psicológico. Por lo general, suele darse una combinación de causas de ambas categorías. Las más habituales en cada una de ellas son las siguientes.

Causas físicas:

  • Un parto doloroso o complicado.
  • Haber sufrido un aborto.
  • Una cirugía pélvica.
  • Tener mayor contractura de los músculos pélvicos y vaginales.
  • Experiencias traumáticas o dolorosas previas relacionadas con la sexualidad, como abuso sexual o violación.
  • Falta de estimulación y lubricación.
  • Problemas físicos, como enfermedades ginecológicas o trastornos hormonales.
  • La menopausia.
  • Uso de algunos medicamentos.
  • Mala ejecución de la persona que hace la penetración.

Causas psicológicas:

  • Creencias o valores culturales o religiosos que condenan la sexualidad o el placer sexual.
  • Miedo al dolor durante la penetración.
  • Miedo a quedarse embarazada.
  • Problemas con la pareja sexual (desapego, desconfianza…).
  • Ansiedad o estrés relacionados con la sexualidad o la relación de pareja.
  • Tener baja autoestima.
  • Haber pasado por traumas (abusos sexuales, violación, violencia de género…).
  • Tener sentimientos de culpa o de estar haciendo algo mal.
  • Desconocimiento del propio cuerpo.
  • Poca educación sexual o inadecuada.

Tratamiento del vaginismo

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El tratamiento del vaginismo puede incluir diferentes enfoques, dependiendo de las causas y de las necesidades de cada persona. Es importante trabajar con un profesional de la salud para determinar el tratamiento más adecuado en cada caso.

El vaginismo es una condición que se puede tratar y que tiene solución en la grandísima mayoría de casos. Además, de manera general, no suele ser necesaria ninguna intervención quirúrgica ni tratamiento farmacéutico.

  1. Terapia psicológica: puede ayudar a identificar y resolver problemas emocionales o psicológicos subyacentes que pueden estar contribuyendo al vaginismo.
  2. Terapia sexual: puede proporcionar información y apoyo para mejorar la comunicación y la intimidad en la relación de pareja.
  3. Ejercicios de relajación y de control muscular: pueden ayudar a controlar el espasmo muscular y a mejorar la flexibilidad de la vagina.
  4. Medicamentos: en algunos casos, pueden recetarse medicamentos para controlar la ansiedad o para mejorar la lubricación vaginal.

Existen varias formas de tratar el vaginismo. Por un lado, se utilizan mecanismos de aproximación sucesiva y de dilatación gradual. Este tipo de mecanismo consiste en ir poco a poco para conseguir que el dolor pase a ser molestia, luego, a incomodidad y, finalmente, acabe desapareciendo. Para ello, se introducen paulatinamente dedos u objetos en la vagina. Se empieza por un dedo y, pasados unos segundos, se probará a introducir otro. Luego, si los músculos vaginales van cediendo, se podrán usar dilatadores vaginales. De este modo, se va naturalizando la situación de penetración.

Por otro lado, se puede recurrir a la fisiosexologia, la rama de la fisioterapia que se encarga de la zona del suelo pélvico. Es una buena opción porque el vaginismo es un aumento de la contractura muscular pélvica, por lo que ejercitarla y relajarla ayudará a mejorar la situación. Los ejercicios que más se recomiendan son los de Kegel.

Finalmente, puesto que el vaginismo también suele tener causas psicológicas, es importante acudir a un psicólogo-sexólogo especializado en esta rama. Este profesional te ayudará a encontrar los motivos emocionales por los que tienes miedo a la penetración o por los que asocias el sexo a una experiencia negativa y a tratarlos para que se reduzcan o desaparezcan.

Si la mujer tiene pareja, es muy recomendable que acuda a estas terapias físicas o que forme parte de los ejercicios, siempre y cuando la persona con vaginismo se sienta cómoda. De este modo, podrá tener el apoyo necesario y formar parte del proceso de curación.

En resumen, es recomendable que pidas ayuda a un sexólogo y que no esquives el problema. Evitar tener relaciones para no afrontar el dolor no pondrá solución y podría acabar agravando tu situación de vaginismo o llegar a cronificarlo.

¿Cómo saber si tengo vaginismo?

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Llegados a este punto, puede que te estés preguntando si tienes o no vaginismo. Como ya sabes, el vaginismo es una afección que afecta a los músculos de la vagina, que se contraen y se tensan, lo que provoca el cierre parcial o total de la vagina e impide o dificulta la penetración y mantener relaciones sexuales.

Debes saber que hay dos tipos de vaginismo, que suelen depender de las causas y de la edad de la mujer cuando empieza a sufrirlo. Son estas:

  • Vaginismo primario: este tipo se diagnostica cuando la mujer nunca ha tenido sexo con penetración vaginal. Se suele dar más en adolescentes y los síntomas habituales son de tipo psicológico.
  • Vaginismo secundario: es el que se da cuando la mujer ha mantenido relaciones sexuales con penetración sin experimentar dolor, pero llega un momento en el que deja de ser así. En este caso, las causas suelen ser físicas, como partos traumáticos, secuelas del embarazo o cirugías ginecológicas.

Cualquier mujer a cualquier edad y en cualquier condición puede tener vaginismo. Si te sientes identificada con algunos de los síntomas y causas que hemos expuesto en el artículo, puede que tengas esta dolencia, aunque no deberías hacer un autodiagnóstico.

La mejor forma de saber a ciencia cierta si tienes vaginismo o no es acudir a los especialistas para que puedan hacer un diagnóstico adecuado y descartar otros posibles problemas o patologías.

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Francisco Hidalgo Díaz

Psicólogo en Sevilla Este y Director del Centro Avannza

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