¿Qué es la emetofobia?
La emetofobia es el miedo al vómito desproporcionado o irracional e intenso. También se incluye el miedo a todo lo relacionado con el vómito, como puede ser ver a alguien vomitando, sentir que tienes náuseas o vomitar en público, entre otros.
Las personas que tienen esta fobia a vomitar apenas lo hacen a lo largo de su vida, pues evitan al máximo las situaciones, las actividades o los entornos en los que el riesgo de vómito es alto.
Se trata de un proceso crónico e incapacitante que, hasta la fecha, resulta relativamente difícil de tratar, aunque no es imposible. La fobia al vómito afecta a personas de todas las edades, por lo que no es algo relegado al ámbito infantil.
Síntomas de la emetofobia
El miedo a vomitar se presenta con síntomas similares a otras fobias. Pueden aparecer tanto en una situación en la que el vómito está realmente presente como, simplemente, por imaginarlo o por pensar en situaciones en las que podría darse.
En el caso de esta fobia, los síntomas están clasificados en las siguientes categorías generales.
Síntomas físicos del miedo al vómito
Este tipo de síntomas se debe a la hiperactivación del sistema nervioso. Por lo tanto, pueden aparecer algunas alteraciones como:
- Incremento de la tasa respiratoria.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Elevación de la tensión muscular.
- Sensación de asfixia, de ahogo o de falta de aire.
- Vértigo, sensación de mareo, náuseas o vómitos.
- Dolor de cabeza.
- Dolor y alteraciones gastrointestinales.
- Aumento de la sudoración.
- Desmayos o pérdida del conocimiento.
Síntomas cognitivos del miedo al vómito
Además de los físicos, el miedo a vomitar también puede producir una serie de síntomas cognitivos. Algunos de los más comunes que sufren las personas con esta fobia son:
- Imaginaciones y pensamientos irracionales sobre los posibles peligros o daños que vomitar o el propio vómito pueden conllevar.
- Imágenes mentales con tintes catastróficos.
Este tipo de síntomas incontrolables acaban impulsando el avance de la fobia al vómito y empeoran la situación de la persona que la padece en el momento en el que está sufriendo un episodio.
Síntomas conductuales del miedo al vómito
Por último, la presencia de los síntomas anteriores conlleva que puedan aparecer una serie de síntomas conductuales, es decir, que la persona acabe cambiando algunas de sus conductas.
Generalmente, son comportamientos en los que la persona evita o intenta escapar de ciertas situaciones que puedan estimular su fobia. Algunos ejemplos de estos síntomas son:
- No comer.
- Comer muy despacio.
- Comer solo ciertos alimentos.
- Evitar ciertos medios de transporte.
- No acudir a lugares en los que se pueda presenciar algo relacionado con el vómito.
Cuestionario de emetofobia
El test o cuestionario de emetofobia es una de las herramientas de evaluación que se utilizan para diagnosticar este miedo al vómito, junto con el inventario de fobia específica de vómitos. Cada una de estas pruebas está enfocada a un rango diferente de síntomas.
En el caso del cuestionario de emetofobia, se trata de responder a unas preguntas sencillas sobre cómo te sientes en ciertas ocasiones, cómo actúas y algunos hábitos para evaluar si padeces esta fobia o no. Es importante responder a las preguntas con sinceridad para poder hacer un diagnóstico acertado y, a partir de ahí, tomar las medidas necesarias.
Si crees que tienes emetofobia y quieres realizar un cuestionario profesional, por favor, contacta con el 636.22.51.73 o mediante el formulario inferior.
¿Cómo curar la emetofobia?
La emetofobia es un poco más complicada de curar que otros subtipos de fobias más específicas y se puede tardar un poco más de tiempo en notar mejoras. Sin embargo, no es imposible y existen formas para intentar curar la emetofobia.
Grosso modo, hay dos tipos de tratamientos que se pueden llevar a cabo para superar esta fobia, los medicamentos y los psicológicos.
Por un lado, se pueden recetar medicamentos para la ansiedad, psicotrópicos (benzodiazepina o antidepresivos) o fármacos gastrointestinales. En estos casos, hay que prestar especial atención a cómo reacciona el paciente, pues alguno de los medicamentos puede causar náuseas o mareos como efecto secundario y el resultado puede llegar a ser contraproducente.
Por otro lado, en los tratamientos psicológicos se hace un enfoque dirigido particularmente al procesamiento de los recuerdos perturbadores que originaron la fobia. Es decir, se busca el por qué de ese miedo irracional al vómito. Esto puede hacerse con terapia de conducta sistémica, psicodinámica, psicoterapia y terapia EMDR.
También se puede optar por el método de exposición, que consiste en exponerse a náuseas o señales de vómitos, a vídeos de otras personas vomitando o a hacer hipnosis.
En cualquier caso, estos tratamientos deben hacerse siempre de la mano de profesionales, ya que si no se llevan a cabo correctamente, pueden acabar en una una retraumatización y la fobia puede llegar a ser más intensa que antes.
Como has podido ver, el miedo al vómito o emetofobia es una fobia que puede llegar a ser seria y causar problemas importantes en la vida cotidiana de quien la padece. Sin embargo, es posible tratarla y mejorar la calidad de vida una vez se diagnostica correctamente y se da con el tratamiento adecuado.