¿Qué es disociar?
Disociar es desconectar entre elementos usualmente asociados. En la psicología se hace referencia a desconectar elemementos como la conciencia, la memoria, la identidad y la percepción. Aunque puede ser un fenómeno normal y no patológico, como cuando nos perdemos en nuestros pensamientos, en situaciones de trauma o estrés extremo, puede convertirse en un trastorno.
Los trastornos disociativos (disociar de manera patológica) están estrechamente relacionados con traumas en la infancia, como abuso o negligencia. La disociación puede estar presente en muchos problemas psicológicos, afectando el diagnóstico y tratamiento.
Si piensas que tú, un amigo o un familiar podéis estar sufriendo un episodio de disociación o directamente un trastorno disociativo, te recomendamos que te pongas en contacto con un psicólogo especialista en el tema.
Disociación psicológica
La Sociedad Internacional para el Estudio del Trauma y la Disociación define la disociación como la desconexión de elementos normalmente integrados, como la memoria, conciencia, percepción o identidad.
Durante la disociación psicológica, el cerebro emocional responde desconectando el córtex anterior, afectando la regulación del comportamiento consciente. La amígdala activa la producción de cortisol y opioides, inhibiendo el hipocampo y actuando como anestésico natural. Esto dificulta recordar la experiencia traumática de manera completa.
Psicológicamente, disociar se considera un mecanismo adaptativo que «desconecta» nuestra mente de la realidad en situaciones límite, reduciendo el impacto emocional. Este mecanismo se activa instintivamente, especialmente en casos de abuso infantil o agresiones donde la víctima no puede escapar.
La disociación en psicología se estudia como una desconexión entre la mente y la realidad, ya sea externa o interna, que surge como una estrategia para enfrentar situaciones traumáticas o de gran estrés. Esta desconexión puede ser temporal y no problemática, pero cuando se experimenta de manera prolongada o crónica, puede resultar en un trastorno disociativo, dificultando la adaptación a nivel familiar, social y laboral.
El fenómeno adaptativo de la disociación protege la mente de la sobrecarga emocional y física de eventos traumáticos al desconectar y aislar emocionalmente la mente del estrés, el miedo y el dolor. No obstante, este mecanismo puede tener consecuencias perjudiciales si se vuelve la principal respuesta al estrés.
Los grados de los trastornos disociativos varían desde leves hasta severos, siendo los más severos una respuesta a traumas intensos. En casos extremos, la persona puede perder la capacidad de discernir entre realidad y fantasía, experimentando una desconexión total entre cuerpo y mente. Esto puede derivar en trastornos disociativos, como el trastorno de despersonalización, el trastorno de identidad disociativo (antes llamado trastorno de personalidad múltiple) o la fuga disociativa.
Síntomas del trastorno de identidad asociativo
Los síntomas del trastorno de identidad asociativo se agrupan en cinco categorías:
- Amnesia disociativa. Incluye dificultades para recordar información personal importante o eventos, y puede variar desde minutos hasta años. Las microamnesias son olvidos breves, como el contenido de una conversación. Las fugas disociativas implican desorientación en un lugar desconocido sin saber cómo se llegó allí.
- Despersonalización. Se refiere a la desconexión o falta de familiaridad con uno mismo o el propio cuerpo, como sentirse desconectado del cuerpo, observarse desde fuera o no reconocerse en el espejo. También puede incluir la desconexión emocional o sensaciones de vivir en un sueño.
- Desrealización. Implica la percepción de extrañeza del entorno, donde lugares y personas conocidas parecen desconocidos o irreales. El mundo puede sentirse falso, lejano o como si se observara a través de una niebla.
- Confusión de identidad. Se trata de una incertidumbre o conflicto sobre la propia identidad, con dificultades para saber quién es uno, qué hacer o qué decisiones tomar. Es más grave que las crisis de identidad comunes en la adolescencia.
- Alteración de identidad. Implica la sensación de ser diferente respecto a otra parte de uno mismo, asumiendo distintas identidades o estados del yo en momentos específicos. Puede manifestarse como referirse a sí mismo.
Si reconoces en tu entorno estos síntomas de trastorno de identidad asociativo, te recomendamos que te pongas en contacto con un psicólogo especialista en su tratamiento.
Ejemplos de disociación
Los ejemplos de disociación aclararán todavía más las situaciones donde una persona está viviendo un trastorno disociativo de la realidad:
- Tras vivir un evento traumático, la persona puede experimentar embotamiento emocional, característico del trastorno por estrés postraumático, al no sentir nada cuando piensa en ello.
- También pueden surgir pensamientos, sentimientos o comportamientos inesperados, como si fuesen controlados por algo externo.
- Es posible experimentar emociones intensas sin razón aparente, que desaparecen rápidamente, o realizar acciones fuera de lo común, sintiéndose forzado a hacerlo. La persona puede sentirse como un pasajero en su cuerpo en lugar de ser el conductor.
Si detectas algunos de estos ejemplos, ponte en contacto con un psicólogo especialista en disociación.
Tratamiento del trastorno de identidad asociativo en Sevilla
El tratamiento del trastorno disociativo de identidad busca la integración de elementos disociados para una vida más sana y adaptativa.
Para el tratamiento del trastorno de identidad asociativo se recomienda el uso de la técnica EMDR, ya que facilita la sincronización cerebral, permitiendo re-procesar e integrar experiencias traumáticas, reduciendo su impacto emocional. El tratamiento de la disociación se aborda en tres etapas: estabilización emocional, reprocesamiento de recuerdos traumáticos y reintegración de la personalidad.
El EMDR cuenta con respaldo científico en el tratamiento del estrés postraumático y la disociación. Los expertos enfatizan la importancia de incorporar al cuerpo como parte central de la experiencia traumática. La intervención del psicoterapeuta implica establecer un vínculo con el paciente, explorar la experiencia causante de la disociación y analizar el contexto en que ocurrió, para determinar la intensidad del problema y la mejor forma de afrontarlo.
Si buscas tratamiento para el trastorno de identidad asociativo en Sevilla, contacta con un psicólogo especialista en la disociación.
